Oh Cristo de la Misericordia,
que llevado de vuestrogran amor hacia nosotros,
habéis querido ser crucificado yderramar vuestra Sangre
para redimir y salvar nuestras almas;
dirigid una mirada a todos los torremengueños
que llenos de santo recogimiento
estamos aquí recordando vuestra dolorosa pasión y muerte.
Con vuestra misericordia purificadnos del pecado,
Con vuestra misericordia purificadnos del pecado,
santificad nuestro trabajo,
dadnos a nosotros y a nuestros allegados el pan de cada día,
endulzad nuestras penas,
bendecid nuestras familias
y conceded a nuestro pueblo vuestra paz,
que sólo ella es la paz verdadera,
a fin de que, obedeciendo vuestros mandamientos,
podamos llegar un día a la gloria del Cielo.
Así sea.
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